Tienes 365 oportunidades para el 2021


 El 2020 nos ha la espalda abriéndonos a 365 días de oportunidades en el 2021. Cómo cada uno viva esas oportunidades es cuestión personal. Lo cierto es que tenemos vida en abundancia para disfrutar cada regalo que Dios nos da. Es por esta razón que muchos consideran nuevas resoluciones y se proponen nuevas metas.

Proponerse metas o resoluciones es importante para un año productivo. Sin embargo, hay que considerar cuidadosamente cada meta y resolución para tener buenos resultados y evitar resentimientos. Lo mejor es no engañarnos y planear algo que sea posible lograr de acuerdo al tiempo propuesto.

En mi caso, en el 2020 pasé ocupado con el trabajo y con mis proyectos personales y no compartí buen tiempo con mi familia. Al ver hacia atrás, el no compartir con mis padres y amigos es algo que me aprieta el corazón. Esto es algo que no quiero repetir en el 2021. Quiero un cambio y ese cambio es dedicarles más tiempo a mi familia y amigos. Por esto, puedo decir que mi resolución eres tú. En el 2021 eres mi prioridad.

Creo que aparte de una resolución personal, también debemos proponernos una resolución para el beneficio de nuestra comunidad. Cada quien debería proponerse hacer un cambio positivo en el mundo. Por ejemplo, en el 2020, muchos fuimos afectados por desastres naturales, la pandemia, la división política y por la violencia juvenil. Muchos de estos desastres son prevenibles tal como la violencia entre los jóvenes.

La violencia juvenil en los EEUU ha existido por siglos. Sin embargo, cada año va empeorando. Pienso que no hace falta vivir otro desastre por uso de armas para empezar a prevenir más dolor. Creo que la educación sobre estos temas comienza en la casa y no en la escuela o en la calle. Los padres de familias deben esforzarse más en educar a sus hijos sobre las cualidades que hacen a un buen ciudadano, especialmente en las ciudades grandes tal como Nueva York.

Para ahondar este asunto, creo que muchos padres, por cuestión del estilo de vida en ciudades tal como Nueva York, dedican su tiempo en otras cosas tal como al trabajo y no a sus hijos. Algunos padres, para complacer a sus hijos y para que no los molesten, les compran juguetes o videojuegos. Como resultado de este reemplazo de afecto, crean jóvenes frustrados en busca de amor y atención. Como no consiguen ese afecto en su hogar, se ahogan en videojuegos en donde el uso de la libertad y el poder a través de dinero o armas virtuales es lo mejor que pueden tener. Una vez que no saben definir entre la realidad y el mundo virtual, salen a las calles hambrientos de atención humana, afecto y comprensión. Al no poder complacer estas necesidades, se unen a gangas o a grupos en donde puedan poner en práctica esas habilidades que han aprendido en el mundo virtual. Buscan compañía y todo lo que les haga ver fuertes y con poder, tal como tener un arma.

Cualidades tal como respetar la propiedad ajena o incluso a otro ser humano es algo primordial que se aprende en casa. Los buenos modales son cosas que se enseñan en el hogar, principalmente por los padres. Tal vez educar a nuestros niños sea una buena idea para una resolución no personal sino para el bien de nuestra comunidad. No esperemos que nuestros niños obtengan la información equivocada en el internet, en los videojuegos y mucho menos en las calles. Recuerden que la mejor escuela es la casa y el mejor maestro y/o maestra es el padre y/o la madre. Educar a nuestros niños sobre los buenos modales es indispensable. Ánimos. Tú puedes. Caminemos hacia adelante.

Con esto dicho, sinceramente espero que cada una de las metas o resoluciones propuestas, se cumplan radiantemente de bendiciones. Que Dios nos traiga mucha voluntad para hacer el bien, mucho amor para transformar vidas, mucha valentía para enfrentar cada obstáculo, mucha fortaleza para seguir adelante sin darnos por vencidos. Que en el 2021 cada uno de ustedes disfruten de rica salud, gran amor, armonía y compañerismo.

¡Feliz y próspero 2021!

1 comentario:

  1. Esto es increíble. ¡Pasaré mi 2019 haciendo las cosas que amo!

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